miércoles, 10 de julio de 2013

Desastrería


 
¿Recordáis la entrada anterior en la que aparecía una muñeca, una revista de viajes y un microondas? Bien, tengo que comunicaros algo. El microondas ha muerto. La autopsia declaraba la indigestión de un pan carbonizado como la principal causa de la muerte. A partir de este momento ningún otro microondas volverá a ocupar su lugar en la mesita de comer: hemos sido destinadas a la salita de descanso de maquillaje.

Aún no os he dado un dato importante sobre este lugar tan especial: sastrería tiende al caos. Sus burros siempre tienen más ropa de la que pueden soportar y las prendas no se pueden mover. Siempre faltan las perchas que necesitas, y el burro que elijas siempre estará torcido o sin ruedas. Un espacio mogollónico en el que, por fortuna, hay entes que tienden a buscar el orden.

Cada cierto tiempo el almacén sufre una sacudida de aire fresco y renovación. Se descartan prendas poco versátiles, muy marcadas o antiguas y se indultan algunas otras por gusto personal. El objetivo es buscar espacio, el bien más preciado en sastrería. Es entonces cuando encuentras las  grandes glorias de la tele: vestidos antiguos, disfraces, prendas especiales…

El objetivo fundamental de estos envites es el fondo. Si, señores, en el almacén de vestuario todo está dividido por presentadores, pero tenemos un preciado espacio que dedicamos a la ropa que ha sido descartada o cuyos presentadores ya no salen en pantalla y que nos saca de más de un apuro. Este espacio es el fondo de vestuario y está clasificado por tallas, tipos de prenda y color. De él se visten los reporteros que vienen derrapando, las azafatas sin presupuesto y los programas pequeños.

Aparece un día por la puerta de sastrería cualquier productor y te pide cualquier cosa imaginable. ¿Tenéis polos azules de la talla XL? ¿Tenéis ropa de esquí? ¿Tenéis un bañador amarillo de señora? ¿Botargas? ¿Coquillas? ¿Botas de campo? ¿Abrigos? ¿Un traje de árbitro? ¿Un disfraz de chica de los ochenta? A veces tenemos y otras veces no.  En ocasiones las estilistas tienen que salir corriendo a buscar las peticiones a las tiendas y otras son las sastras quienes deben inventarlo de la nada, confeccionándolas desde las telas. Por eso iremos colgando algunas fotos de las grandes glorias del almacén de Antena 3.

 
Os presento a Trancas y Barrancas, del Hormiguero. Cuando éste programa comenzó a producirse en Antena 3 nos pidieron que los hiciéramos para acoplarlos a las cabezas de Romina Belluscio y Roberto Leal para un sketch. Este fue el resultado de la dedicación de María Jesús, la sastra que los confeccionó. Una pista: quienes están bajo las cabezas moradas no son ninguno de los dos.

Espero que os guste

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