Era mi tercer día en la tele. Salí a la calle para poder
hablar con mi madre por teléfono cuando siento que me tocan en el hombro.
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Perdona. ¿Sabes por dónde se sale de aquí?
Me giro y veo a Bibi Andersen y Rossy de Palma. Me quedo de plástico.
-
Eh, bueno, soy nueva así que no tengo mucha idea,
pero creo que es por allí.
Desde entonces asumí que lo de ver famosos aleatoriamente
era algo que va implícito con trabajar en Antena 3. Observando a mis compañeras
me di cuenta que para parecer profesional es necesario actuar con mucha
naturalidad, como si no pasara nada. Por suerte nunca he sido demasiado
mitómana así que es bastante fácil. La mayor parte de las veces.
Estudié Comunicación Audiovisual y Periodismo, por lo que
hay ciertas celebrities que
son mitos para mí como Susanna Griso, Carlos Sobera, Antonio Lobato, Jordi
Évole, Ana Pastor, el grandísimo Matías Prats. Son ese tipo de personas que
cuando ves en casa piensas: si lo tuviera enfrente le diría que es la pera, que
me encantan sus entrevistas, que hace un gran trabajo, que soy super fans. Sin embargo cuando te los
cruzas por los pasillos te haces pequeñita y por muchas ganas que tuvieras de
interrumpir su vida para hablar con ellos te sientes ridícula porque no tienes mucho
más que decir que eso, que eres super
fans, una believer de la tele.
Cuando sale la conversación de que trabajas en la tele te
hacen siempre las mismas preguntas. ¿Pero tú qué es lo que haces exactamente?
¿La ropa de los presentadores es suya? ¿Es majo Matías Prats? ¿Y Jorge
Fernández? ¿Es verdad que la tele engorda tanto? Ellos piensan que estás todo
el día codeándote con la creme de la
creme, que conoces las interioridades del mundillo, pero en realidad estás sentada en un escritorio con tus ordenadores,
pasando códigos como una cajera de supermercado y dedicándote a solucionar
todos los tinglaos que montan otros. Eres
la tipa del almacén, así que unas cosas las respondes de primera mano y otras
de oídas.
Interrogas a tus compañeras sobre qué tal es trabajar con
Pepito o con Juanita y cada una tiene una historia diferente y muy personal.
Te hablan de la galantería de unos, de los malos humos de otros, de la profesionalidad o la humildad. Pero ahora eres una más en la tele y a tí también te tocará tratar a veces con algunos de ellos.
Un día estás desayunando y aparece por sastrería sonriente Jordi Évole
en busca de una camiseta para una promo. Se te atragantan los krispies pero sonríes y te vas a
buscarla. Piensas en decirle: hola, soy periodista y me encanta tu trabajo,
sácame de aquí. Pero no lo haces porque ahora eres una profesional del departamento de estilismo y ellas no hacen esas cosas.
Y de repente un día saliendo del trabajo te encuentras con unas niñas histericas que te preguntan cuándo sale Luis Fernandez, un nombre que no está en tu radar. Las niñas, atónitas, no se creen que no sepas quién es así que piensan que intentas engañarlas. ¿Cómo no vas a saber quién es?
Mitomanía modo off.
Y de repente un día saliendo del trabajo te encuentras con unas niñas histericas que te preguntan cuándo sale Luis Fernandez, un nombre que no está en tu radar. Las niñas, atónitas, no se creen que no sepas quién es así que piensan que intentas engañarlas. ¿Cómo no vas a saber quién es?
Mitomanía modo off.
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