¿Recordáis la entrada anterior en
la que aparecía una muñeca, una revista de viajes y un microondas? Bien, tengo
que comunicaros algo. El microondas ha muerto. La autopsia declaraba la indigestión
de un pan carbonizado como la principal causa de la muerte. A partir de este
momento ningún otro microondas volverá a ocupar su lugar en la mesita de comer:
hemos sido destinadas a la salita de descanso de maquillaje.
Aún no os he dado un dato
importante sobre este lugar tan especial: sastrería tiende al caos. Sus burros
siempre tienen más ropa de la que pueden soportar y las prendas no se pueden
mover. Siempre faltan las perchas que necesitas, y el burro que elijas siempre
estará torcido o sin ruedas. Un espacio mogollónico
en el que, por fortuna, hay entes que tienden a buscar el orden.
Cada cierto tiempo el almacén
sufre una sacudida de aire fresco y renovación. Se descartan prendas poco
versátiles, muy marcadas o antiguas y se indultan algunas otras por gusto
personal. El objetivo es buscar espacio, el bien más preciado en sastrería. Es
entonces cuando encuentras las grandes glorias de la tele: vestidos
antiguos, disfraces, prendas especiales…
El objetivo fundamental de estos
envites es el fondo. Si, señores, en el almacén de vestuario todo está dividido
por presentadores, pero tenemos un preciado espacio que dedicamos a la ropa que
ha sido descartada o cuyos presentadores ya no salen en pantalla y que nos saca
de más de un apuro. Este espacio es el fondo de vestuario y está clasificado
por tallas, tipos de prenda y color. De él se visten los reporteros que vienen
derrapando, las azafatas sin presupuesto y los programas pequeños.
Aparece un día por la puerta de
sastrería cualquier productor y te pide cualquier cosa imaginable. ¿Tenéis polos
azules de la talla XL? ¿Tenéis ropa de esquí? ¿Tenéis un bañador amarillo de
señora? ¿Botargas? ¿Coquillas? ¿Botas de campo? ¿Abrigos? ¿Un traje de árbitro?
¿Un disfraz de chica de los ochenta? A veces tenemos y otras veces no. En ocasiones las estilistas tienen que salir
corriendo a buscar las peticiones a las tiendas y otras son las sastras quienes
deben inventarlo de la nada, confeccionándolas desde las telas. Por eso iremos
colgando algunas fotos de las grandes
glorias del almacén de Antena 3.
Os presento a Trancas y Barrancas,
del Hormiguero. Cuando éste programa comenzó a producirse en Antena 3 nos
pidieron que los hiciéramos para acoplarlos a las cabezas de Romina Belluscio y
Roberto Leal para un sketch. Este fue
el resultado de la dedicación de María Jesús, la sastra que los confeccionó. Una
pista: quienes están bajo las cabezas moradas no son ninguno de los dos.
Espero que os guste